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Achachila: sus letras y desvaríos

La Rumstita

I. La fuerza bruta

Llegaron en ingentes cantidades: los C - 5 vomitaron en las únicas tres pistas aptas del país, marines, rangers, infantes, ingenieros, vehículos de transporte, decenas de M 1 Abraham, muchos mas carros Bradley, helicópteros Apache, Huey de transporte de tropas, y cientos de contenedores repletos de equipo electrónico, vituallas, y cuanto material era posible disponer con los miles de millones que el aborrecido gobierno norteamericano dispuso gastar para poner de rodillas a Latinia, extenso país latinoamericano, rebelde e indiferente a las exigencias de Washington de erradicar sus plantaciones de coca y liberalizar su economía.

Los militares de Latinia no dispararon un solo cartucho al invasor, al recibir -dos días antes del arribo de los C -5 los impactos de los Tomahawk en sus principales centros de comando, decidieron que toda resistencia sería inútil y a espaldas de sus autoridades civiles capitularon vía telefónica, ante el embajador yanqui. Lastimosamente para ellos, el Grl. Runstadt (Comandante de la fuerza de tarea invasora) había resuelto de todas maneras realizar una exhibición de fuerza y con rendición o sin ella, decidió ejercitar a sus soldados en tareas de tiro al blanco y probar muchas de sus armas, razón por la que diez horas antes del arribo de los gigantescos cargueros, enjambres de F - 18, F - 16 y ocho C - 130 artillados sobrevolaron las ciudades de Latinia reduciendo a escombros los cuarteles, centros de comunicación y postas sanitarias de su nuevo país víctima.

Las razones esgrimidas eran por todos conocidas: "El gobierno de Estados Unidos no podía tolerar la producción masiva de coca que era empleada para el narcotráfico que envenenaba al mundo civilizado; habiéndose advertido reiteradamente al estado Latinio, este demostró indiferencia ante el clamor de la civilización occidental que por décadas llevaba a delante su guerra contra las drogas" por dichos argumentos "Se había ordenado la realización de una expedición punitiva y de erradicación forzada contra estAe país, el mismo que sería administrado por el comandante Runstadt hasta cumplir su misión y asegurar el imperio de la democracia en Latinia"

Las fuerzas de tarea coparon sus objetivos en menos de cuatro días, aunque no encontraron resistencia armada (los militares ya se habían entregado a Rumstadt), victimaron a no menos de 8.500 Latinios como producto de sus armas disparadas indiscriminadamente contra cuanta edificación consideraban prudente volar.

La única oposición verbal procedió de la Iglesia católica que en reiteradas ocasiones y por diversos medios, denunció las atrocidades cometidas por los gringos que, curiosamente, luego de dominar al pueblo Latinio, se dedicó ansiosamente a confiscar cuanta cocaína le era posible hallar y a consumirla con una avidez paradójica. Incluso se pudo establecer que en varios campamentos norteamericanos se establecieron mini laboratorios de obtención de cocaína amparados por un desprecio característico del conquistador soberbio e impune.

Había lastimosamente un secreto adicional: en las serranías sub andinas de Cusiré se había descubierto un gigantesco yacimiento de unas gemas semi preciosas que mas allá de ser insumo de joyería, por su elevado contenido de Uranio e Iridio cristalizado, resultaron poseer propiedades insospechadas hasta la fecha y capaces por sí solas de resolver en cuestión de años los problemas de demanda de energía 'limpia' que el mundo sumergido en la vorágine consumista sufría. La casa blanca había resuelto asegurarse de ser el único propietario de dichos yacimientos y con la excusa de la coca y la cocaína, decidieron apropiarse de Latinia, país inmensamente rico y fatalmente empobrecido e ignorante, que durante los últimos años había coqueteado con lideres izquierdistas en la mira del Pentágono.

II. La Rumstita

Mes y medio después de aplastar Latinia, la Texas Mining Co. (propiedad de la familia del presidente norteamericano y sus principales allegados) hizo pública la Rumstita (en honor al comandante y gobernador de Latinia) y estremAeció los sistemas financieros: los dueños de tales yacimientos eran de pronto tan o mas poderosos que la familia real de Arabia Saudita. El periodo de los combustibles fósiles tocaba a su fin, y los dueños del milagro eran Texanos, poderosos e inmorales.

La Rumstita era una piedra traslúcida de hermoso color púrpura compuesta por cristales purísimos de Sílice complejamente combinados con cristales de Uranio e Iridio que tenía la facultad de -en condiciones controladas- condensar y concentrar energía lumínica transformándola en potencial térmico capaz de quintuplicar la temperatura de la corona solar. Una planta de energía dotada con el poder de la Rumstita era capaz de producir cuatro veces la energía de una planta nuclear, ¡sin desecho ni contaminación alguna!

Sin duda, paralelamente a las acciones destinadas a saquear a Latinia de su patrimonio, se escucharon multitud de voces de repudio y denuncias de inconducta en contra del gobierno norteamericano, empero, amparados en sus actas antiterroristas, los invasores acallaron sistemática y cruelmente a sus detractores.

En oportunidad de la celebración de la fiesta de año nuevo, las cadenas noticiosas mostraron al mundo entero la increíble Rumstita mediante un cristal gigantesco colocado en la cúspide del Obelisco de Washington D. C. Iluminada por una serie de láser de baja potencia que generaron un resplandor inaudito y visible a decenas de kilómetros de dicho monumento a la "libertad" americana.

III. La hermandad de La Curva

En una comunidad alejada cientos de kilómetros de todo centro urbano, a tres semanas de concluida la invasión de Latinia, se constituyó la "Hermandad de La Curva": esta era fruto del repudio que sintieron los miembros de una comunidad desconocida por prácticamente todos los Latinios y obviamente el mundo entero.

Los lingüistas americanos supieron a mediados del siglo XIX de una lengua incapaz de tipificarse en familia lingüística americana alguna: la Chará, conocida por menos de ciento treinta personas, todas ellas pertenAecientes a un círculo secreto poseedor de una cultura hermética cuyos orígenes eran anteriores incluso a los reinos Moche e Incaico: solo se sabia que los dueños del Chará poseían cualidades en extremo misteriosas y potencial curativo sorprendente; algo de su conocimiento se distribuyó en una comunidad reducida pero mucho mas conocida aunque similarmente hermética: en una localidad denominada Charazani y sus inmediaciones, buen número de iniciados en este conocimiento obtuvieron de los sabios de Chará sabiduría que los hicieron curanderos muy buscados en los andes sur americanos.

La hermandad de Chará, tuvo que aguardar siglos para hacerse conocer al menos en parte por la población: iluminados por una serie de visiones obtenidas en estados de trance inducidos, asumieron la defensa de Latinia y mandados por el espíritu universal, manifestaron pública y airadamente su repudio a los invasores y su codicia Ante las cámaras de tres redes periodísticas europeas, el 'tata' Intilay, anciano líder de la hermandad Chará, declaró en imperfecto castellano -en la comunidad de La Curva- que por orden expresa del creador del universo, a partir de ese día y hasta el arribo del año nuevo andino (fines del mes de junio) las fuerzas sobrenaturales del Ande se manifestarían en los hermanos de La Curva y castigarían de modo terrible a quienes invadieron y profanaron la sagrada serranía de Cusiré así como a quienes colaboraron al profanador insolente.

La noticia dio vuelta al globo, pero desde luego, dado el imperio del escepticismo materialista imperante en el planeta, mas allá de ser una anécdota curiosa para las audiencias globales, nadie la tomó en serio, ni menos se hizo algo desde el centro de gobierno del Grl. Runstedt: ¿que podía hacer un anciano indígena contra los 45.000 militares entrenados de la fuerza de ocupación, sus equipos de guerra electrónica, los avanzados sistemas de combate y sus miles de colaboradores latinios?

IV. La muerte sorda invade al invasor

Dos días después de las declaraciones del 'tatAa' Intilay, Nadie pudo ignorar un fenómeno idéntico a la aurora boreal que resplandeció maravillosamente en el territorio latinio por toda una noche. Los comentarios y grabaciones del fenómeno especularon con todo tipo de explicaciones, pero como solo fue visible por horas, al cabo fue olvidado.

Sólo un canal holandés transmitió -al día siguiente de la curiosa aurora observada- un mensaje del anciano Intilay: "La luz de la venganza celestial ya brilló, su efecto se hará sentir inmediatamente, para desgracia del invasor y sus colaboradores, nada hay ya que puedan hacer y no hay quien pueda ayudarlos, su codicia los perdió, solo cabe recordar que son ellos quienes labraron su fin. Todos quienes se vendieron a la codicia invasora perecerán"

Sea cual sea la explicación, a partir de esa declaración los hospitales instalados por el invasor se vieron súbitamente colmados de pacientes, que sin explicación de naturaleza alguna, empezaron a sufrir diarrea, mareos, visión borrosa y deshidratación aguda: en cosa de horas empezaron a acumularse las bolsas infames de plástico negro típicas de las bajas militares norteamericanas, los aviones empezaron a despegar esta vez llevándose a enfermos y cadáveres de soldados muertos sin explicación aceptable. Los afectados eran presas súbitas de delirios y alucinaciones intensas, seguidas de desarreglos sistémicos que en cosa de horas, los llevaba a un colapso sistémico acompañado de paro cardiaco.

Naturalmente, al elevarse el número de bajas, arribaron a Latinia decenas de epidemiólogos y expertos en salud con la responsabilidad de descubrir la causa de la curiosa plaga y detener sus pasmosos efectos.

No se descubrieron agentes patógenos particulares: no era una enfermedad infecciosa ni era contagiosa, las víctimas eran atacadas sin mediar agente viral ni bacterial alguno: solo se sabía que iniciadas las alucinaciones, el síndrome de desajuste sistémico degeneraba en deshidratación y paro cardiaco. Para agravar la situación, en menos de una semana la totalidad del equAipo especialista arribado era víctima del síndrome latinio, como se vino a llamar tan curiosa y fatal condición.

En un mes se contaron 50.000 fallecidos: prácticamente la totalidad de integrantes de la fuerza de tareas original y miles de latinios que por razones diversas, se aliaron a los invasores.

La respuesta norteamericana fue cruel para con sus tropas: por cada baja enviada en bolsa a su país, se dieron en mandar dos reemplazos, que irremediablemente fallecían en cuestión de días. En sus mensajes televisados, el presidente norteamericano justificaba su acción con el trillado argumento de salvaguardar la democracia y luchar contra el narcotráfico; incluso llegó a declarar que por motivo alguno los Estados unidos abandonarían Latinia, y que miles de jóvenes norteamericanos estaban dispuestos a sacrificarse por los "sagrados" valores del pueblo americano.

V. Desenlace

A mediados del mes de junio, conforme lo dijera el 'tata' Intilay la mortandad de las fuerzas invasoras era total y pese a todas las medidas asumidas por los agresores, era evidente que ningún estado podía permitirse una perdida tan asombrosa de hombres. Los representantes del congreso americano se vieron obligado a emitir un voto de censura contra su presidente: se exigió la salida inmediata de las fuerzas de tarea y para la llegada del solsticio de invierno no quedaba militar invasor en Latinia.

Empero, el agresor no pensó rendirse sin pelea: con un gobierno títere y mercenarios contratados para asegurar los intereses de la Texas Mining Co., se pretendió mantener la política iniciada por el fallecido Grl. Rumstadt (otra victima del síndrome latinio) pero fue imposible: la plaga mortal dejó desocupado el palacio de gobierno y al cabo, no quedó un solo representante de los intereses americanos.

Un movimiento popular surgió como consecuencia del vacío de poder resultante: anuló todo lo obrado por el invasor, y puso en el gobierno a latinios reconocidos por su oposición al agresor.

El mismo día de la asunción al poder del nuAevo gobierno latinio, los medios de prensa internacionales informaron la hospitalización de prácticamente toda la cúpula política norteamericana, sus políticos aliados ingleses y la plana íntegra de directivos de la Texas Mining Co. Al cabo de pocos días de hecho el anuncio, se enterraba al último de los responsables de la agresión, para asombro del planeta entero. Esa misma noche, los cielos de Latinia nuevamente fueron testigos de la curiosa aurora que esta vez marcaba el fin de los invasores.

Muchos intentos se hicieron de entrevistar nuevamente al 'tata' Intilay, pero fue imposible: concluida la cosecha de agresores, no fue posible volver a encontrarlo y de la hermandad de La Curva no se pudo volver a saber más.

Aún hoy los epidemiólogos del mundo entero no pueden explicar el fenómeno; los académicos occidentales, orgullos y dotados como siempre de su proverbial soberbia, se niegan a aceptar su ignorancia sobre este fatal fenómeno y aun hoy se publican artículos "científicos" que especulan respecto a la etiología de dicha plaga, responsable de una mortandad inimaginable para las orgullosas fuerzas armadas norteamericanas.

La Rumstita cambió las matrices energéticas prevalecientes hasta entonces, Latinia (propietaria de los únicos yacimientos del planeta) exigió el cambio de su nombre, siendo desde entonces conocida como la Intilita, en honor a un sabio, mago, o mito que sin volver a ser visto nuevamente, es considerado -al menos en Latinia- el liberador de su patria y el artífice de una derrota inédita al gigante agresor del norte, el cual desde luego no cesó en sus intentos de dominación, para desgracia de quienes eventualmente se ponían a la cabeza de tales acciones: invariablemente y sin esperanza alguna, caían presas de alucinaciones y eran enterrados al cabo.

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