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Achachila: sus letras y desvaríos

El Concurso Literario.

¡Eran más de cien mil Euros!.  Él (nieto de un novelista famoso) tenía impresa, corregida y lista, la novela ideal: en ella relataba de una manera 'geométricamente perfecta', la epopeya (bastante biográfica, pero eso lo sabía solo él) de un acomodado homosexual: de mocoso confundido, a joven monaguillo, postulante, seminarista comprometido, enamorado, rechazado, utilizado, decepcionado ex cura, vago e inédito escritor, peleado con la vida, vestido con el humo de cientos de cigarros negros, alimentado con algunas copas de ginebra a granel por día. Esperando en vano, el día en que el sol nos sorprenda a todos.

 

Su protagonista era como él, un triste modelo de la acción de la melancolía y la decepción en un hombre, alguna vez dueño de fe ciega, al cabo sin esperanza ni credo; humano que aparentemente fue -o en este caso quiso ser- y que va dejando su porción de existencia, precozmente entre nubes de humo y vapores etílicos.

 

Lo que debe ser, es. De alguna manera antes del 2 de febrero, en sobres manila, correctamente remitidos, llegaron los ejemplares a manos de la comisión calificadora. Fueron tres copias con plica.  Diez días antes, los ganadores serían notificados y deberían trasladarse oportunamente a la ciudad, con los gastos pagados por el Ayuntamiento. El acto de entrega de premios, sería en el salón central de un lujoso hotel de Lisboa. 

 

Pero la vida entre espeso humo,  adulterada bebida y curiosos especimenes homínidos, es en extremo peligrosa; el sufrido autor de la novela en concurso, como el protagonista de su relato, encontró un final abrupto: en una estrecha y oscura calle, a manos de púberes extraviados en vapores de pegamento industrial.  Felizmente el alcohol es un notable anestésico y posiblemente, su muerte no fue tan dolorosa como la intentaron presentar los  medios de comunicación.

 

Un sobre expreso de DHL, procedente del Ayuntamiento de la Ciudad de Lisboa, recibió el sello: Imposible Entregar.  Motivo: fallecido.  Precisamente en esos momentos, el humilde féretro del consignatario, se procesaba en el crematorio municipal. El humo, viejo compañero de su existencia (velas, cirios, incienso, tabaco, aire urbano) se llevó consigo, el maltratado cuerpo del único que podía dar respuesta al enigma final de su novela.

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Gallos Muy Machos.

Mi padre, a pesar de ser muy católico, era un ser pacifista y congruente; desde niña me enseñó a evitar el daño a seres vivos, ya sean del reino vegetal o animal.  Siempre me recordaba: "Quien maltrata un animal, no tiene buen natural". 

 

Cuando crecí y me hice adulta, me decía de modo menos metafórico: "Querida hijita, elige como pareja a quien ame a los animales, pues quien los maltrata, no dudará en maltratarte..."

 

Debí escucharle.  Pero los hijos e hijas solemos menospreciar a nuestros padres; siempre dudamos de lo que saben y nos creemos generalmente "más actualizados". 

 

Mi matrimonio fue relampagueante: conocí a Tomás en un congreso de desarrolladores de software: la solvencia y destreza que mostraba en su campo profesional, me impresionaron; su físico cuidado y meticulosa vestimenta, me hipnotizaron; su habilidad en la danza tropical me excitó como nunca y los vaivenes de su enérgica lengua al besar, me erotizaron al límite.  El sexo con él, intenso y agotador, terminó de lavar mi cerebro y con mi mayor sonrisa de boba, me convertí en menos de dos meses y medio, en la amante esposa de Tomás Castro, ingeniero de sistemas y ¡criador de gallos de pelea!.

 

Luego de tres años de matrimonio, lo único que nos unía como esposos, era la niña que nació a los diez y seis meses de casados. Él era una persona extraña para mi, pues luego de sus primeros gritos y golpes, a los que tuve que acostumbrarme, solo sentía miedo hacia su persona.

 

Hasta una noche de insomnio, en la que en los pocos minutos que pude dormir, soñé a mi padre que me decía: "¿Que sentido tendría decirte que te lo advertí? ¿Que haces llorando un destino que tú te forjaste y que tú puedes cambiar? ¿No olvides que el que a hierro mata a....." no pude oír más, pues mi hija sufrió en ese momento otra pesadilla (las que empezaron luego de aquella tarde, en que acompañados de su mañoso tío Quique, su padre la obligó a presenciar una pelea de gallos).

 

Entonces en mi mente se mostró una idea salvadora pero tenebrosa.  Abracé y calmé a mi hija.  Luego aguardé el amanecer, me levanté y cuando estuve segura de estar a solas en casa, busqué el teléfono. 

 

Varios colegas de Tomás (colegas en el tema de hacer apuestas sobre la vida de sus gallos)  se enteraron por voz anónima, -dicen que fingir es fácil para toda mujer- de la escopolamina en los espolones de los gallos de Tomas Castro y de su tío Quique el farmacéutico.

 

Los galleros son tan bestias, como su pasión y no soportan a los tramposos. 

 

Me enseñaron que el matrimonio es sagrado y eterno; hasta esa noche, en la que creí escuchar a mi padre, esa 'enseñanza' me corroía el alma.  Hoy como señora Castro, aún mantengo la casa en orden, 'como debe ser'.

 

Las investigaciones siguen abiertas, el oficial encargado continúa afirmando "que pronto sabrán algo..." sobre Tomás y Quique Castro, reportados extraviados dos años atrás, luego de un violento incidente entre apostadores y galleros.

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De piratas y pirateo

Mr. Salesberg es el gerente comercial de la productora GMG, una de las mas grandes multinacionales de producción de multi media: van treinta años que trabaja en la misma empresa y hace doce es miembro del directorio. Su salario anual ronda una cifra de seis ceros y es considerado una personalidad muy importante en su ciudad.

 

Salesberg es uno de los mas cerrados defensores de los derechos de autor; desde su alto puesto está muy informado respecto a las millonarias pérdidas de la industria, resultantes de la piratería.  La música, videojuegos, películas, libros y software producidos por  la GMG recauda miles de millones de dólares anualmente.  La piratería a sus productos -paralelamente- genera ganancias cuantiosas a quienes realizan copias no autorizadas en Shangai, Benares, Lima y Kiev (por citar solo algunas ciudades) pese a las permanentes acciones interdictoras que financia GMG, Sany, Tristar y todas las grandes empresas similares de occidente, gastando decenas de millones para "convencer" a las autoridades de cada país a que combatan la piratería.

 

Salesberg es dueño de una inteligencia notable; pese a su rol hegemónico, siente la paradoja que el y los suyos crean en un mundo global, que invita al consumo insulso, produce bienes innecesario y  los promueve, vende millones de grabadoras, quemadores de CD, DVD, fotocopiadoras y persigue a quienes usan sus productos sin compartir con ellos sus ganancias.  A solas, de vez en cuando, Salesberg suele interrogarse sobre la legitimidad de sus acciones (¿por que invadir agresivamente la cultura mundial con producciones que atraen millones de consumidores y perseguir implacablemente a quienes ofrecen esos productos a precios accesibles para la gran masa de población de escasos recursos que sufre el acoso de las multinacionales? ¿hasta que punto es ético encadenar al ciudadano común a ser esclavo de sus obesos intereses de ganancias? ¿por que no conformarse con sus ya jugosas ganancias y permitir que los menos privilegiados accedan a las tentaciones que les imponían los emperadores del capitalismo secante? ¿siendo la naturaleza del humano ser imitador, que sentido tiene perseguir criminalmente a quienes reflejan los instintos innatos de imitación?) pero su "instinto" capitalista solía acallar sus inquietudes, recordándole que cada dólar ganado por la piratería era un dólar del cual él no tenía parte.

 

Eleodoro Chumpi es un ex campesino latinoamericano, residente de una ciudad populosa y ensimismada en su cotidiana lucha contra la miseria heredada.  Hace once años vendió sus tierras y con los recursos obtenidos, compró una casa en una zona popular de la ciudad mas próxima, dos autos que servirían de taxis y abrió un almacén surtido.  Hace tres años, con un compadre procedente de la capital, decidió invertir en varios equipos de grabación de videos, CD y DVD y se dedicó a reproducir música, software, y películas pirateadas para obtener ganancias merced a la demanda de dichos productos incluso en las villas miseria mas alejadas de su medio. Los precios de sus productos eran irrisorios comparándolos con los inaccesibles montos de los productos originales; este hecho le aseguró demanda permanente y su capital se incrementó notablemente en cosa de meses, pese a la competencia resultante de productos pirateados procedentes de Asia, que en su momento, él mismo decidió comprar de ciertos distribuidores encubiertos.

 

El Cnl. Quiñones es comandante de la policía departamental, en su casa no es fácil contar la cantidad de libros, casettes, CDs, Videos y últimamente DVDs piratas: sus pequeños hijos, su esposa y el mismo, son asiduos compradores de productos pirateados que en cualquier hora del día se pueden adquirir a ínfimos precios en las calles populosas de su ciudad.  El Cnl. nunca se preocupó de la legalidad de sus cotidianas compras, sencillamente por que -considera- su salario (y sus ingresos no precisamente legales) como injustos e insuficientes.  Por órdenes de su comando nacional (convenientemente motivado con algunos cientos de dólares), se le instruyó realizar batidas, decomisos y arrestos sumarios a cuanto ciudadano sea descubierto produciendo, comercializando, comprando o poseyendo artículos pirateados; sus órdenes son contundentes y exigen resultados en el transcurso de las próximas 24 horas.  Es así que desde las 9 de la mañana del día siguiente, ordenó que decenas de policías uniformados y encubiertos salgan a las calles a cumplir con la "campaña nacional de combate a la piratería".

 

Melba Valdéz es una madre soltera de tres niños, apenas concluyó la primaria, vive hacinada en una reducida habitación en un conventillo de las afueras de su ciudad, y desde año y medio, logra financiar su renta y la alimentación de sus hijos vendiendo la mercancía de la "productora" de Eleodoro Chumpi.  Por toda venta realizada, ella gana el 2 %, que no es gran cosa, pero siempre será mejor que nada, en un país rico en recursos naturales, pero poblado de miserables sumidos en su ignorancia por los intereses de su clase gobernante, tradicionalmente apegada a los usos e ideologías foráneas (que es lo mismo que decir a la ganancia económica cueste lo que cueste).  Cada domingo ella se traslada a la casa de Chumpi, y recibe en dos bolsones grandes el reemplazo de la mercadería vendida la semana pasada, previa cancelación en efectivo.

 

Ese jueves, el clima estaba particularmente frió y ventoso, Melba tenía a sus tres hijos con bronquitis y en cama; no podían ir a la escuela y debían tratarse su afección con mates de hierbas disponibles en su medio, pues médicos y medicinas eran lujos inaccesibles para ellos.  Melba dejó el viejo termo lleno de mate de borraja, arropó a sus hijos, les amenazó con enojarse si no se cuidaban y/o peleaban en su ausencia, dejó los tres panes que correspondía para el día y se despidió apenada por no poder comprarles algún medicamento, sabiendo que deberían esperar hasta el anochecer para ver retornar a su madre, y si la venta había sido fructífera, tal vez poder comer alguna empanada frita o algo de fruta y verdura. Melba cargó los dos bolsones con CDs y algunos DVDs y se marchó al centro de la ciudad, tratando de negar los efectos de la gripe que aún no se pasaba en ella, fruto del hacinamiento en el que vivía.

 

A las cuatro de la tarde, Melba se preparaba ya para retornar a su hogar; durante la mañana había logrado vender mas de veinte CDs y tres DVDs, en su interior sonreía y oraba agradeciendo a su santo favorito por la suerte que en tan frío día tuvo, pero decidió aguardar hasta la salida de las oficinas y una vez vendidos algunos productos más, volver a su hogar.

 

A las cuatro menos cuarto, el Cnl. Quiñones en persona ordenó a sus hombres bloquear la cuadra donde se encontraba Melba; inmediatamente, grupos de policías procedieron a detener a todos (eran alrededor de nueve humildes vendedores) quienes ofrecían productos pirateados: a empujones y bastonazos, introdujeron entre gritos e insultos vociferantes a Melba y sus colegas a una vieja vagoneta enrejada; sin mediar explicación, fueron enviados a las celdas de la seccional de policía central.  En medio de cámaras de televisión y representantes regionales de GMG y Sany se leyó una acusación de asociación ilícita, quebrantamiento de la ley de derechos de autor, resistencia al arresto, faltamiento a la autoridad y dos o tres términos que Melba no pudo entender.

 

Melba lloraba y gritaba piedad: gritaba que tenía a sus hijos enfermos y abandonados, gritaba que ella no era dueña de los productos, imploró por sus hijos, pero a nadie le importó su tragedia: habían ordenes concretas de mostrar ante la prensa que la policía nacional estaba en franca lucha contra la corrupción y el pirateo.

 

A las ocho de la noche, antes de retirarse a su domicilio, el Cnl. Quiñones y dos oficiales amigos suyos entraron al depósito de la seccional, abrieron los bolsones decomisados, hurgaron entre los discos incautados, seleccionaron buen número de CDs, y se los apropiaron entre comentarios sarcásticos y bromas a costa del Dr. Acosta (representante de GMG y Sany).  Salieron del depósito y se dirigieron a sus vehículos.

 

A minutos de llegar a su casa, el celular del Cnl. Quiñones sonó y escuchó la voz de Eleodoro Chumpi:

 

-Mi coronel, habla Chumpi, mi coronel, le agradezco mucho su dato, mi coronel, como fue nuestro trato, pase por favor mañana por la casa para que le entregue lo convenido; le garantizo que por dos semanas por lo menos, no saldrá ni un CD de mi productora, gracias, mi coronel-  Quiñones terminó la conversación, sonrió pensando en los 200 dólares que Chumpi le entregaría mañana y se apresuró a llegar a su casa (tenía ganas de escuchar ese CD de Lucho Gatica que no había visto hasta entonces).

 

Simultáneamente, Mr. Salesberg pagaba con su tarjeta platinum el consumo del exclusivo restaurant en el que agasajó a su nuevo gerente regional de ventas, le exigió que priorice la lucha contra la piratería en toda la región andina, asegurándole excelentes comisiones, mientras prendia su cigarro cubano (prohibido en el mercado americano) sonriendo por el éxito de sus últimos lanzamientos al mercado.

 

Mientras Salesberg lanzaba bocanadas de humo, a miles de kilómetros de distancia, el hijo mayor de Melba Valdéz entre desesperados llantos, golpeaba insistentemente la puerta de su vecina: su hermanito menor se ahogaba y consumía en fiebre, y no sabía que hacer, ni menos sabía donde estaba su madre, quien nunca llegaba después de las ocho de la noche.

 

En ese mismo instante, en la casa de Chumpi, este ordenaba a dos empleados suyos empezar con la reproducción de la película "Piratas del Caribe" a partir de un DVD recién entregado por su contacto en Sany y ensobraba diez billetes de 20 dólares para el Cnl. Quiñones.

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Viejo verde

Era profesor del Liceo Santa Sofía desde sus 28 años; con treinta años de antigüedad, y habiendo sido director de estudios de secundaria en tres oportunidades, era considerado un 'dinosaurio sagrado' en el prestigioso establecimiento.

Tuvo dos hijos (ya casados e independientes en los fatales momentos) y su esposa, -la Prof. Sainz- trabajaba como profesora de religión por quince años en el mismo establecimiento de su esposo. Durante sus años de trabajo, Gus -como le decían sus allegados- se distinguió consistentemente y en los pasillos del Liceo se pueden aún ver varios cuadros conmemorativos con su imagen y / o su nombre.

El prestigio del Prof. Gustavo Tirado, autor de algunos librillos, colaborador de una prestigiosa radio, viajero inagotable por el mundo entero, fanático de la guitarra y sociable miembro de la comunidad, era envidiable para decenas de jóvenes maestros que veían en el "profe Gus" un modelo de éxito docente, digno de ser imitado.

De vez en cuando se oían rumores de sus "travesuras" con alumnas o guapas madres de familia, pero no pasaban de ser susurros muy subterráneos que en todo caso, no fueron de modo alguno expresados de viva voz.

El hecho es que desde su única y breve separación conyugal, hace mas de trece años atrás (cuando su primero hijo se ausentó de casa por una beca y el segundo se metió en problemas con los chicos del barrio) el profe Gus había conocido el curioso y renovador sentimiento vigorizante de la seducción de jovencitas.

El deseo es una llama que alimentada, puede devorar hasta a si misma. El ver desnuda en cama, acostada a su lado, a una señorita que acababa de ser poseída por el, daba a este maduro y respetado profesor, la misma descarga que siente el heroímano que en paz y sin peligro, se inyecta en la vena su veneno. La primera "conquista" fue seguida por decenas y decenas mas. Envuelto en el torbellino de la carne, al cabo empezó a disfrutar con mujeres casadas (madres de sus alumnas) y energizado por sus deseos, sabía mantener el perfil tradicional y conservador de décadas atrás.

Tres años antes del infausto año en el que sucedieron los hechos finales, la junta directiva de la fundación propietaria del Liceo, decidió ascenderlo a la posición de Director General del Liceo. En tal posición el "Señor Director" disfrutó mas que nunca de sus muy veladas seducciones, entre premios y reconocimientos surtidos.

En su descargo, puede decirse que sabía hacer sus travesuras: nadie descubrió in fraganti al profe Gus, nadie denunció jamás acoso ni presión alguna (aunque en varias oportunidades tuvo que usar una palanca, a la manera de Arquímedes) y su mujer nunca tuvo motivo de sospecha (era asidua integrante de una comunidad de beatas). Además, todas sus "conquistas" mantenían estricta reserva por temor social al escándalo y rechazo, aunque debe reconocerse que buen numero de ellas se tornaban fanáticas de su seductor y aguardaban en secreto el volver a ser motivo de su preferencia. La verdad, no siendo Gustavo Tirado un hombre particularmente atractivo, podía suponerse que sabía "tratar" a las mujeres.

Con seguridad, el paro cardiaco que mató a Gustavo Tirado hubiese sido la antesala de su ingreso definitivo del salón de la fama educativa en su ciudad, de no haber tocado a la puerta la traviesa fortuna.

Se había fijado para el día del maestro, el día de agasajo al "Sr. director"; se lo condecoraría con una medalla al honor, se cortaría la cinta a la nueva ala de aulas de primaria que llevaría su nombre, y se bautizaría simultáneamente a la décima tercera promoción que llevaría su nombre.

Quince días antes del evento, estalló el destino del profe Gus. Habiendo sido convocado a una reunión de urgencia, recibió en su oficina a un equipo de epidemiólogos oficiales que confidencialmente, informaron que una alumna del último curso de secundaria era HIV positiva, y debían coordinar el seguimiento e interrupción de la cadena de contagio de tan peligroso virus. No hubo oposición alguna, hasta escuchar el nombre de la alumna. Pronunciado la identificación de la víctima, Gustavo Tirado sufrió un desmayo: el primero de una serie de eventos que darían fin a la vida del director y cancelarían todos los actos previstos en su honor.

En las entrevistas con los especialistas, la alumna tuvo que reconocer: muy posiblemente se había contagiado en un viaje de veraneo en el delta, con unos turistas europeos de quienes no supo nunca mas nada, y poseía vida sexual activa con algunos jóvenes de la ciudad y el profesor Gustavo Tirado, ¡desde un año y medio!

La llamada del Dr. Acosta (para informarle que dadas las averiguaciones realizadas, el debía hacerse la prueba Elisa y debía declarar con los epidemiólogos encargados) dio lugar al primer infarto, que gracias al excelente estado físico del maduro hombre, pudo ser resuelto en dos días en la prestigiosa clínica "Escvlapivs".

El segundo infarto no tardó mucho y se produjo al saber que su esposa se había desmayado y permanecía inconsciente al enterarse de la vida secreta de su marido. Volvió a la clínica y una vez estabilizado, tuvo que permanecer internado, hasta que supo que habiendo trascendido su vida íntima, se generó -en el Liceo- un escándalo de proporciones inimaginables por el terror de cinco madres de familia y doce jovencitas sintieron al saber que intercambiaron fluidos corporales con Gustavo Tirado, posible vector de SIDA.

Aun consciente, pero con fibrilaciones esporádicas, el profe Gus se despidió aterrado de la vida, cuando vió entrar a su pieza el médico con su informe serológico: ante el adusto rostro del facultativo, este profesor de años de servicio pensó adivinar su condición de portador del HIV, y expiró incapaz de dominar ya sus emociones.

El médico dejó de lado el informe, llamó a la enfermera y trató de recuperar al fallecido y atormentado profesor, sin éxito. El informe -a quien importaría ya- decía: Test Elisa reactivo HIV: negativo.
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Oscar Achá (1º -IV-06)

La Rumstita

I. La fuerza bruta

Llegaron en ingentes cantidades: los C - 5 vomitaron en las únicas tres pistas aptas del país, marines, rangers, infantes, ingenieros, vehículos de transporte, decenas de M 1 Abraham, muchos mas carros Bradley, helicópteros Apache, Huey de transporte de tropas, y cientos de contenedores repletos de equipo electrónico, vituallas, y cuanto material era posible disponer con los miles de millones que el aborrecido gobierno norteamericano dispuso gastar para poner de rodillas a Latinia, extenso país latinoamericano, rebelde e indiferente a las exigencias de Washington de erradicar sus plantaciones de coca y liberalizar su economía.

Los militares de Latinia no dispararon un solo cartucho al invasor, al recibir -dos días antes del arribo de los C -5 los impactos de los Tomahawk en sus principales centros de comando, decidieron que toda resistencia sería inútil y a espaldas de sus autoridades civiles capitularon vía telefónica, ante el embajador yanqui. Lastimosamente para ellos, el Grl. Runstadt (Comandante de la fuerza de tarea invasora) había resuelto de todas maneras realizar una exhibición de fuerza y con rendición o sin ella, decidió ejercitar a sus soldados en tareas de tiro al blanco y probar muchas de sus armas, razón por la que diez horas antes del arribo de los gigantescos cargueros, enjambres de F - 18, F - 16 y ocho C - 130 artillados sobrevolaron las ciudades de Latinia reduciendo a escombros los cuarteles, centros de comunicación y postas sanitarias de su nuevo país víctima.

Las razones esgrimidas eran por todos conocidas: "El gobierno de Estados Unidos no podía tolerar la producción masiva de coca que era empleada para el narcotráfico que envenenaba al mundo civilizado; habiéndose advertido reiteradamente al estado Latinio, este demostró indiferencia ante el clamor de la civilización occidental que por décadas llevaba a delante su guerra contra las drogas" por dichos argumentos "Se había ordenado la realización de una expedición punitiva y de erradicación forzada contra estAe país, el mismo que sería administrado por el comandante Runstadt hasta cumplir su misión y asegurar el imperio de la democracia en Latinia"

Las fuerzas de tarea coparon sus objetivos en menos de cuatro días, aunque no encontraron resistencia armada (los militares ya se habían entregado a Rumstadt), victimaron a no menos de 8.500 Latinios como producto de sus armas disparadas indiscriminadamente contra cuanta edificación consideraban prudente volar.

La única oposición verbal procedió de la Iglesia católica que en reiteradas ocasiones y por diversos medios, denunció las atrocidades cometidas por los gringos que, curiosamente, luego de dominar al pueblo Latinio, se dedicó ansiosamente a confiscar cuanta cocaína le era posible hallar y a consumirla con una avidez paradójica. Incluso se pudo establecer que en varios campamentos norteamericanos se establecieron mini laboratorios de obtención de cocaína amparados por un desprecio característico del conquistador soberbio e impune.

Había lastimosamente un secreto adicional: en las serranías sub andinas de Cusiré se había descubierto un gigantesco yacimiento de unas gemas semi preciosas que mas allá de ser insumo de joyería, por su elevado contenido de Uranio e Iridio cristalizado, resultaron poseer propiedades insospechadas hasta la fecha y capaces por sí solas de resolver en cuestión de años los problemas de demanda de energía 'limpia' que el mundo sumergido en la vorágine consumista sufría. La casa blanca había resuelto asegurarse de ser el único propietario de dichos yacimientos y con la excusa de la coca y la cocaína, decidieron apropiarse de Latinia, país inmensamente rico y fatalmente empobrecido e ignorante, que durante los últimos años había coqueteado con lideres izquierdistas en la mira del Pentágono.

II. La Rumstita

Mes y medio después de aplastar Latinia, la Texas Mining Co. (propiedad de la familia del presidente norteamericano y sus principales allegados) hizo pública la Rumstita (en honor al comandante y gobernador de Latinia) y estremAeció los sistemas financieros: los dueños de tales yacimientos eran de pronto tan o mas poderosos que la familia real de Arabia Saudita. El periodo de los combustibles fósiles tocaba a su fin, y los dueños del milagro eran Texanos, poderosos e inmorales.

La Rumstita era una piedra traslúcida de hermoso color púrpura compuesta por cristales purísimos de Sílice complejamente combinados con cristales de Uranio e Iridio que tenía la facultad de -en condiciones controladas- condensar y concentrar energía lumínica transformándola en potencial térmico capaz de quintuplicar la temperatura de la corona solar. Una planta de energía dotada con el poder de la Rumstita era capaz de producir cuatro veces la energía de una planta nuclear, ¡sin desecho ni contaminación alguna!

Sin duda, paralelamente a las acciones destinadas a saquear a Latinia de su patrimonio, se escucharon multitud de voces de repudio y denuncias de inconducta en contra del gobierno norteamericano, empero, amparados en sus actas antiterroristas, los invasores acallaron sistemática y cruelmente a sus detractores.

En oportunidad de la celebración de la fiesta de año nuevo, las cadenas noticiosas mostraron al mundo entero la increíble Rumstita mediante un cristal gigantesco colocado en la cúspide del Obelisco de Washington D. C. Iluminada por una serie de láser de baja potencia que generaron un resplandor inaudito y visible a decenas de kilómetros de dicho monumento a la "libertad" americana.

III. La hermandad de La Curva

En una comunidad alejada cientos de kilómetros de todo centro urbano, a tres semanas de concluida la invasión de Latinia, se constituyó la "Hermandad de La Curva": esta era fruto del repudio que sintieron los miembros de una comunidad desconocida por prácticamente todos los Latinios y obviamente el mundo entero.

Los lingüistas americanos supieron a mediados del siglo XIX de una lengua incapaz de tipificarse en familia lingüística americana alguna: la Chará, conocida por menos de ciento treinta personas, todas ellas pertenAecientes a un círculo secreto poseedor de una cultura hermética cuyos orígenes eran anteriores incluso a los reinos Moche e Incaico: solo se sabia que los dueños del Chará poseían cualidades en extremo misteriosas y potencial curativo sorprendente; algo de su conocimiento se distribuyó en una comunidad reducida pero mucho mas conocida aunque similarmente hermética: en una localidad denominada Charazani y sus inmediaciones, buen número de iniciados en este conocimiento obtuvieron de los sabios de Chará sabiduría que los hicieron curanderos muy buscados en los andes sur americanos.

La hermandad de Chará, tuvo que aguardar siglos para hacerse conocer al menos en parte por la población: iluminados por una serie de visiones obtenidas en estados de trance inducidos, asumieron la defensa de Latinia y mandados por el espíritu universal, manifestaron pública y airadamente su repudio a los invasores y su codicia Ante las cámaras de tres redes periodísticas europeas, el 'tata' Intilay, anciano líder de la hermandad Chará, declaró en imperfecto castellano -en la comunidad de La Curva- que por orden expresa del creador del universo, a partir de ese día y hasta el arribo del año nuevo andino (fines del mes de junio) las fuerzas sobrenaturales del Ande se manifestarían en los hermanos de La Curva y castigarían de modo terrible a quienes invadieron y profanaron la sagrada serranía de Cusiré así como a quienes colaboraron al profanador insolente.

La noticia dio vuelta al globo, pero desde luego, dado el imperio del escepticismo materialista imperante en el planeta, mas allá de ser una anécdota curiosa para las audiencias globales, nadie la tomó en serio, ni menos se hizo algo desde el centro de gobierno del Grl. Runstedt: ¿que podía hacer un anciano indígena contra los 45.000 militares entrenados de la fuerza de ocupación, sus equipos de guerra electrónica, los avanzados sistemas de combate y sus miles de colaboradores latinios?

IV. La muerte sorda invade al invasor

Dos días después de las declaraciones del 'tatAa' Intilay, Nadie pudo ignorar un fenómeno idéntico a la aurora boreal que resplandeció maravillosamente en el territorio latinio por toda una noche. Los comentarios y grabaciones del fenómeno especularon con todo tipo de explicaciones, pero como solo fue visible por horas, al cabo fue olvidado.

Sólo un canal holandés transmitió -al día siguiente de la curiosa aurora observada- un mensaje del anciano Intilay: "La luz de la venganza celestial ya brilló, su efecto se hará sentir inmediatamente, para desgracia del invasor y sus colaboradores, nada hay ya que puedan hacer y no hay quien pueda ayudarlos, su codicia los perdió, solo cabe recordar que son ellos quienes labraron su fin. Todos quienes se vendieron a la codicia invasora perecerán"

Sea cual sea la explicación, a partir de esa declaración los hospitales instalados por el invasor se vieron súbitamente colmados de pacientes, que sin explicación de naturaleza alguna, empezaron a sufrir diarrea, mareos, visión borrosa y deshidratación aguda: en cosa de horas empezaron a acumularse las bolsas infames de plástico negro típicas de las bajas militares norteamericanas, los aviones empezaron a despegar esta vez llevándose a enfermos y cadáveres de soldados muertos sin explicación aceptable. Los afectados eran presas súbitas de delirios y alucinaciones intensas, seguidas de desarreglos sistémicos que en cosa de horas, los llevaba a un colapso sistémico acompañado de paro cardiaco.

Naturalmente, al elevarse el número de bajas, arribaron a Latinia decenas de epidemiólogos y expertos en salud con la responsabilidad de descubrir la causa de la curiosa plaga y detener sus pasmosos efectos.

No se descubrieron agentes patógenos particulares: no era una enfermedad infecciosa ni era contagiosa, las víctimas eran atacadas sin mediar agente viral ni bacterial alguno: solo se sabía que iniciadas las alucinaciones, el síndrome de desajuste sistémico degeneraba en deshidratación y paro cardiaco. Para agravar la situación, en menos de una semana la totalidad del equAipo especialista arribado era víctima del síndrome latinio, como se vino a llamar tan curiosa y fatal condición.

En un mes se contaron 50.000 fallecidos: prácticamente la totalidad de integrantes de la fuerza de tareas original y miles de latinios que por razones diversas, se aliaron a los invasores.

La respuesta norteamericana fue cruel para con sus tropas: por cada baja enviada en bolsa a su país, se dieron en mandar dos reemplazos, que irremediablemente fallecían en cuestión de días. En sus mensajes televisados, el presidente norteamericano justificaba su acción con el trillado argumento de salvaguardar la democracia y luchar contra el narcotráfico; incluso llegó a declarar que por motivo alguno los Estados unidos abandonarían Latinia, y que miles de jóvenes norteamericanos estaban dispuestos a sacrificarse por los "sagrados" valores del pueblo americano.

V. Desenlace

A mediados del mes de junio, conforme lo dijera el 'tata' Intilay la mortandad de las fuerzas invasoras era total y pese a todas las medidas asumidas por los agresores, era evidente que ningún estado podía permitirse una perdida tan asombrosa de hombres. Los representantes del congreso americano se vieron obligado a emitir un voto de censura contra su presidente: se exigió la salida inmediata de las fuerzas de tarea y para la llegada del solsticio de invierno no quedaba militar invasor en Latinia.

Empero, el agresor no pensó rendirse sin pelea: con un gobierno títere y mercenarios contratados para asegurar los intereses de la Texas Mining Co., se pretendió mantener la política iniciada por el fallecido Grl. Rumstadt (otra victima del síndrome latinio) pero fue imposible: la plaga mortal dejó desocupado el palacio de gobierno y al cabo, no quedó un solo representante de los intereses americanos.

Un movimiento popular surgió como consecuencia del vacío de poder resultante: anuló todo lo obrado por el invasor, y puso en el gobierno a latinios reconocidos por su oposición al agresor.

El mismo día de la asunción al poder del nuAevo gobierno latinio, los medios de prensa internacionales informaron la hospitalización de prácticamente toda la cúpula política norteamericana, sus políticos aliados ingleses y la plana íntegra de directivos de la Texas Mining Co. Al cabo de pocos días de hecho el anuncio, se enterraba al último de los responsables de la agresión, para asombro del planeta entero. Esa misma noche, los cielos de Latinia nuevamente fueron testigos de la curiosa aurora que esta vez marcaba el fin de los invasores.

Muchos intentos se hicieron de entrevistar nuevamente al 'tata' Intilay, pero fue imposible: concluida la cosecha de agresores, no fue posible volver a encontrarlo y de la hermandad de La Curva no se pudo volver a saber más.

Aún hoy los epidemiólogos del mundo entero no pueden explicar el fenómeno; los académicos occidentales, orgullos y dotados como siempre de su proverbial soberbia, se niegan a aceptar su ignorancia sobre este fatal fenómeno y aun hoy se publican artículos "científicos" que especulan respecto a la etiología de dicha plaga, responsable de una mortandad inimaginable para las orgullosas fuerzas armadas norteamericanas.

La Rumstita cambió las matrices energéticas prevalecientes hasta entonces, Latinia (propietaria de los únicos yacimientos del planeta) exigió el cambio de su nombre, siendo desde entonces conocida como la Intilita, en honor a un sabio, mago, o mito que sin volver a ser visto nuevamente, es considerado -al menos en Latinia- el liberador de su patria y el artífice de una derrota inédita al gigante agresor del norte, el cual desde luego no cesó en sus intentos de dominación, para desgracia de quienes eventualmente se ponían a la cabeza de tales acciones: invariablemente y sin esperanza alguna, caían presas de alucinaciones y eran enterrados al cabo.

Los demonios del poder


 

Este relato debería haberse hecho público hace mas de quince años; hoy se publica pues no temo ya consecuencias, están ya fallecidos –o por expirar- prácticamente todos los afectados.  Además, con miedos como los actuales hoy en día, a pocos les parecería motivo de temor real saber de la iglesia de la hermandad del mal omnipotente.

 

Todo empezó como una estrategia periodística mas: se le ocurrió a nuestro productor hacer un seguimiento de 24 hrs. continuas a  la vida de las principales autoridades de nuestra populosa provincia.  La idea era pasar dos programas en los que se describa gráficamente la rutina de nuestro gobernador, alcalde, obispo, intendente general, comandante de carabineros y el comandante del estado mayor.  Para dicho propósito se dispusieron equipos movilizados que sin ser reconocidos tenían que grabar en video la rutina diaria de nuestras autoridades.

 

Me tocó hacer seguimiento del alcalde; con dos camarógrafos y un auxiliar bajo mi responsabilidad, desde la hora fijada realizamos el seguimiento del Lic. Armando Gamal, sin mayor novedad y afortunadamente, sin ser descubiertos. A las 9 de la noche nuestro ‘blanco’ empero, rompió lo rutinario.

 

A la hora mencionada, el Lic. Gamal salió solo de su casa, tomó un taxi que lo aguardaba y se alejó, seguido prudentemente por nuestra vagoneta.  Veinte minutos después su taxi se detuvo para recoger a una joven y elegante mujer, partiendo inmediatamente rumbo a la periferia urbana, sin percatarse de nosotros.  Tras media hora de veloz carrera, el vehículo se detuvo en una plazuela denominada “Israel”, donde descendieron nuestro objetivo y su acompañante misteriosa; ingresando inmediatamente en un viejo caserón custodiado por dos robustos porteros armados.

 

Estacionados a una distancia sensata, discutíamos respecto a lo que deberíamos hacer, cuando nos golpearon una ventanilla: ¡eran compañeros de otros equipos ejecutando la misma tarea de nosotros! 

 

Nos enteramos que tres equipos de nuestro proyecto habían coincidido en esta plazuela, por cuanto gobernador, alcalde, comandante de carabineros y el comandante del estado mayor junto con otras tantas damas estaban en el mismo caserón.  Tras breve discusión resolvimos que solo un equipo trataría de ingresar furtivamente y obtener información de lo que para nosotros ese momento mas parecía una fiestecilla verde y secreta de alto nivel que algo siniestro; se resolvió que el equipo responsable del gobernador fuese el responsable del espionaje.

 

El grupo se puso en marcha y al cabo de tres horas y media, no supimos nada de ellos.  A la una y cuarto, intempestivamente vimos dos vagonetas salir del caserón, dos de nuestros equipos se pusieron en movimiento para seguirlos y mi equipo se quedó para esperar a nuestros espías.  A las 3 de la mañana nos sentíamos preocupadísimos, pues nuestros compañeros no daban ninguna señal y vimos como los guardias salieron varias veces a explorar las inmediaciones, no habiendo podido identificarnos por que cautamente habíamos alejado los vehículos del punto de acción.

 

A las 4 menos veinte decidimos actuar, dejando los equipos (que por su volumen y peso nos estorbarían) nos introdujimos por un extremo de la propiedad, y eludiendo a dos serenos, logramos reunirnos en la puerta de servicio que no nos costó mucho abrir, merced a mis destrezas con cerraduras y llaves maestras. Todo el caserón estaba en penumbras y salvo dos ambientes aparentemente usados por guardias y serenos, no se observaba luz en ventana alguna. El hecho es que apenas tuvimos tiempo de ocultarnos cuando abruptamente se prendió la luz del salón central y su resplandor arrojó luz sobre nosotros, agrupados en un pasillo adjunto.

 

-¡Apúrate! Ya oíste lo que dijo el maestro: no debe quedar huella alguna de todo ese asco-

 

-Pero, no entiendo ¿por que no podemos hacer un agujero en la huerta y enterrar a estos malditos sin mayores viajes?-

 

-Tienes suerte que Galean no te escuche; no sabes como se pone cuando alguien osa discutir las ordenes del maestro-

 

-Bien vamos de una vez, ¿puedes ayudarme con estas cuerdas?-

 

-Esta bien pero ¡apúrate!-

 

Se escuchó a tales personas dirigirse a una puerta disimulada en un rincón del salón, abrirla y bajar gradas.  No quisimos actuar ese momento, pues casi estábamos seguros que los “malditos” a los que se refirieron esos tipos eran nuestros compañeros, y temíamos lo peor.  Empezó a soplar un fuerte viento y decidí correr el riesgo: con mi cámara fotográfica cargada con película hiper sensible retrataría la acción de esa gente cuando retorne del subsuelo.  Efectivamente, media hora después, al escuchar sus murmuraciones y pasos nos agazapamos y nos pusimos atentos y tensos, muy tensos.

 

-Bien ya están los tres acá, llama a Bruno para que nos ayude a cargar esta basura-

 

-Bien, y ¿que hacemos con sus equipos?-

 

-¡Déjalo donde está, luego vendrá alguien enviado por el maestro para resolver sobre eso, vamos, un esfuerzo mas!

 

No movimos un solo dedo hasta que el tal Bruno apareció, con esfuerzo cargaron ‘sus bultos’ y  retornó el silencio al caserón.

 

Resolvimos correr un riesgo mas; bajamos por la puerta empleada minutos antes al subsuelo y ahí encontramos un salón grande y lujoso; como no podíamos encender las luces, no veíamos en toda su extensión el ambiente, estaba tapizado con fino paño rojo, poseía decenas de cómodos sillones también rojos, y en lo que debía ser el podio, nos sorprendimos de encontrar un lujoso altar con un mantel negro, candeleros con velas negras, un gran crucifijo cuidadosamente tallado puesto de cabeza y llamativamente sucio y salpicado de lo que nos pareció sangre reciente.  Al pie del ‘altar’ descubrimos un círculo de granito pulido con una gran estrella de cinco puntas, se veía claramente que había sido regado con sangre reciente, la cual ya había sido torpemente restregada minutos antes.

 

Con los nervios definitivamente alterados, hicimos una inspección adicional, que nos permitió descubrir las cámaras de nuestros colegas encima de una pequeña mesa; levantamos el equipo, nos estremecimos al notar que se encontraba manchado de sangre, y por una torpeza mía, cayó un espejo con estrépito.  Eso nos llevó a una fuga desordenada pero felizmente desprovista de mas sorpresas que el ladrido del perro del guardia.  Subimos a los vehículos y nos alejamos sin prender siquiera las luces de rigor, por temor a ser observados o identificados.

 

Ya en el centro de la ciudad, todos nos introdujimos en dependencias de la productora, y pese a las protestas del cuidador, prendimos los equipos y sacando los casettes de las cámaras, reproducimos para horror nuestro, los últimos y espantosos momentos de nuestros compañeros.

 

No había mucho que deducir: el equipo mantuvo encendido sus cámaras todo lo que la batería lo permitió; se observaba su ingreso, una carrera eludiendo al sereno y su mastín, su ingreso a la casona por una ventana, se podía observar como eran sorprendidos por un guardia armado en el interior de la edificación, se registró una espera aguardando el arribo del así llamado maestro, se veía el ingreso de este (el gobernador, ataviado como obispo, con mitra incluida) los insultos y golpes propinados por éste a dos de los integrantes del equipo, la orden de llevarlos a todos abajo, los empujones torpes recibidos, el descenso al salón (con mas de quince personas aguardando delante del altar) y de modo muy fragmentado –aun no sabemos como es que no se percataron de las cámaras encendidas- se veía al gobernador parodiar a un sacerdote indignado, que primero airado y luego aparentemente agradecido dictaminaba:

 

-Gracias empero te damos señor del mal, por que es tu voluntad que hoy recibas triple sacrificio para alabanza y gloria de toda tu maldita iglesia, recibe nuestra ofrenda y permite que la compartamos con tu presencia!

 

No sabemos si casual o intencionalmente se colocó una de las cámaras con el objetivo dirigido hacia el altar y por tal razón se pudo grabar tres asesinatos particularmente crueles: el maestro, ofrecía a su ‘señor’ uno por uno órganos de sus amordazadas víctimas apuñalando después de sus invocaciones ojos, oídos, boca, genitales, plantas de los pies, y concluía con la apertura de su arteria carótida, dando lugar a un fatal desangramiento cuyo producto se recogía en tres  cuencos aparentemente formados por la tapa de diferentes cráneos: de un cuenco bebió el gobernador, y gran parte de su contenido era escupido contra el crucifijo.  Los dos cuencos restantes eran compartidos por los participantes, entre quienes no resultaba nada difícil reconocer a figuras públicas de la ciudad y las provincias.  Repetido el rito con las tres víctimas, y tras corear invocaciones satánicas, la cámara grabó como en riguroso turno, y en pares, los ‘celebrantes’ se trenzaban en frenéticos actos de naturaleza perversa y sexual en medio de los cadáveres y la abundante sangre resultante de los crueles homicidios.  Como clímax final, todos recibían un cuchillo con el cual cortando un trozo de los cadáveres, generaban un macabro acto de canibalismo, entre risas y variados gestos procaces.  Para ese momento, las baterías de las cámaras se consumieron y solo restaba algo de material en audio que permitía escuchar un segmento final de gran algarabía seguido de un acto de cierre que consistía en una serie de juramentos e invocaciones, tras lo cual ya no quedó nada comprensible.

 

Para cuando terminamos de analizar las grabaciones, ingresaban ya a las oficinas los técnicos y administradores.  Llamamos a los equipos restantes y supimos que solo pudieron constatar que las vagonetas se encontraban atestadas de personas que fueron transportadas hasta sus diferentes domicilios.

 

El productor se horrorizó de nuestro material, a puertas cerradas, discutimos por horas respecto a los pasos a dar; dada la gravedad de los delitos y la identidad de los perpetradores, lo que sea que decidamos debía ser muy meditado.

 

Estábamos en plena discusión, cuando la productora fue allanada por mas de diez guardias fuertemente armados: por instrucciones de la gobernación, debían requisar nuestras instalaciones y decomisar material sospechoso; rápidamente nuestro productor tomó un casette  en blanco, cambió etiquetas con el casette con la evidencia y muy ágilmente ocultó nuestro material entre las hojas de un frondoso ficus que adornaba su despacho.

 

El hecho es que hallaron las cámaras, me arrebataron mi cámara fotográfica y preguntaron como llegaron ahí, procediendo a detenernos sin más trámite.

 

Estuve incomunicado siete días, en medio de constante presión y tortura sistemática, se me conminó a declararme autor del homicidio de mis propios compañeros.  No lograron su cometido y escuché de planes para ‘enfriarme’ con la excusa de la ley de fuga en la noche siguiente.

 

Al cabo, sorpresivamente, un abogado conocido entró en mi celda, exigió hablar a solas conmigo y me dijo:

 

-Debe saber que su productor ha desaparecido, se llevó ‘la prueba’ como el la llama al exterior; desde ahí esta negociando con la gobernación para que los dejen libres a todos ustedes (me enteré que somos quince los detenidos) me contrató por teléfono para constatar su estado físico y comunicarles que es indispensable que soporten con valor, el no permitirá que les dañen –o al menos que les dañen mas- a ustedes y sus familiares, no se de que se trata todo esto, pero los peces mas gordos imaginables parecen estar en serios problemas gracias a ustedes, no necesito saber nada, solo debo informarles que estamos haciendo lo que podemos para sacarlos de prisión, aunque parecieran estar en un gran, ¡gran! problema.  No deben firmar ninguna declaración, y menos compartir lo que saben con persona alguna. Pronto volveré, espero que todo se solucione, le reitero: no firme nada ni comparta lo que sabe con persona alguna; hacerlo podría ser muy delicado para esa persona, ¿me entendió?-

 

Me despedí del abogado con alivio, si era verdad lo que me dijo, podríamos salir de esta horrible pesadilla en un tiempo mas.  Efectivamente las horas siguientes las pasé nuevamente bajo una poderosa lámpara que me impedía ver a nadie frente a mí y que me imposibilitaba siquiera cerrar los párpados para evitar su refulgencia.  Por varios medios se me conminó en firmar una confesión referida a un triple homicidio, se me repitieron las mismas interrogantes de los días anteriores y al no lograr lo que deseaban, antes de ser arrojado a mi sucia celda me amenazaron con matar mi familia y todos mis seres queridos.

 

La siguiente madrugada me levantaron de mi lecho y me llevaron a un ambiente en el que después de días encontré a mis compañeros de trabajo; ingresó el abogado ya conocido y nos informó:

 

-Se ha negociado su libertad, desde el exterior su productor llegó a un acuerdo con la gobernación, deben ustedes firmar un compromiso de reserva absoluta sobre los hechos que los tienen en este lugar, les reitero que no se nada al respecto, ni deben ustedes comunicarme nada.  Su libertad exigirá que cada día deban firmar en un libro de actas de la fiscalía, informen sus movimientos y no podrán ausentarse de la ciudad, mi consejo es que firmen el compromiso y hagan lo acordado, que ya mucho se logró al levantar su incomunicación.

¡Y algo mas! Me informan que no pueden comunicarse con los familiares de sus colegas perjudicados ni realizar declaración alguna ¿tienen alguna pregunta?

 

Mas de una semana de incomunicación nos hizo aceptar todo lo exigido y barbudos, sucios y maltratados, cada cual se dirigió a su hogar, conscientes de estar aún en una situación delicadísima.

 

A la mañana siguiente, ya en casa, no me fue necesario mucho esfuerzo para notar la presencia de por lo menos dos vigilantes de cuanto movimiento hacía. Por la tarde me dirigí a la fiscalía, firmé el libro de actas, respondí tres o cuatro preguntas y me dirigí a mi trabajo; la productora independiente SUR srl.  Encontré las oficinas cerradas y el conserje me informó que se había declarado unas vacaciones forzosas por razones no muy claras para él.

 

Salí del edificio mas confundido y el empleado del kiosko se me acercó con un periódico el cual me entregó con un extraño guiño. No había andado ni diez pasos y fui interceptado por dos matones, que me arrebataron el periódico, lo revisaron minuciosamente y al no encontrar nada me lo devolvieron.

 

En la cafetería en la que solía pasar momentos de reflexión, pedí un café, y abrí el periódico, sabiendo que era observado de modo indisimulado muy de cerca. No me costó mucho percatarme que alguien había empleado un alfiler y realizado unas pequeñas perforaciones en la página de espectáculos (a los cuales soy muy afecto) siguiendo un orden descendiente, claramente deletreé l-l-a-m-a-t-e-l-0-0-5-9-5-3-0-0-2-6-7.

 

Tomando un taxi, bajándome en una galería comercial, escurriéndome en una confitería por una puerta de escape, subiéndome a un bus, bajándome en una esquina muy concurrida, corriendo entre la gente y ocultándome por media hora entre unos casilleros, me aseguré de no estar siendo seguido y desde una oficina de llamadas a larga distancia, marqué el numero señalado y logré hablar con mi jefe:

 

-Todos corremos serios riesgos, yo estoy en Paraguay y nadie acá podría dar conmigo, traje el casette principal y es por eso que pude negociar su libertad: ellos no saben que tengo una copia y ya recibieron el original, lo importante es que se cuiden ustedes y aguarden noticias mías, como habrás visto, las oficinas están clausuradas y se que mi cabeza tiene un precio nada despreciable.  Yo no estoy tan desprotegido ¿sabes? Pertenezco a un grupo poderoso a su manera, que está interesado en poseer esa grabación y que no permitirán que seamos dañados si es que somos cautos, esperen por favor, no desesperen que ya saldremos de esto.-  Sin mayor dialogo, concluyó la conversación.

 

En menos de dos semanas, con distintos motivos, una a una supimos del fallecimiento de varias personalidades importantes, su destitución y/o traslado al exterior. Simultáneamente y para nada de modo casual, todos los equipos participantes en esa noche de horror fuimos victimas de “accidentes” de los cuales solo yo y dos camaradas mas escapamos con vida.  Las oficinas de la productora SUR Srl. nunca más se abrieron, se desocuparon y rentaron a otra empresa.

 

-De mi jefe expatriado solo supe que decidió no retornar jamás a estas tierras, no volvió a permitir contacto alguno y no lo culpo, el poder que se vio afectado por nuestra acción posee tal grado de control social que estoy seguro que si no hubiese abandonado a mi familia y ocultado en este país, ya estaría muerto y con seguridad acusado de terribles crímenes.

 

Hoy publico este relato sin temor alguno: ¿quien puede temer morir si ya sabe que cuenta con escasas semanas de vida?  Y es que por todos los exámenes médicos que me hicieron, debo esperar muy poco para que uno de los pocos testigos del poder del satanismo en estas latitudes deje de existir.  Créanlo o no, tal vez estamos gobernados por aprendices de demonios de traje y corbata, a poco de dejar de sufrir, nada temo ya de ese inmenso poder que declaró delincuentes prófugos a tres periodistas ofrecidos en vil sacrificio, eliminó rápida y quirúrgicamente a decenas de poderosas autoridades, persiguió y dio caza a mas de una decena de periodistas, cerró una importante productora de televisión y me obligó a aparentar ser un esposo y padre irresponsable que abandonó su hogar años atrás. Hoy deseo confesar y poder decir parodiando por mi parte: Idos, la misa ha concluido.

 
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La maquina de los sueños

 

Germán y Humberto descubrieron por azar que era posible sincronizar las ondas cerebrales con los destellos de un estroboscopio: con un viejo modelo de electroencefalógrafo y unas gafas con luces estroboscópicas incorporadas (posibles de comprar con un par de decenas de dólares) coordinadas mediante un programa de bioretroalimentación de los años 90’, descubrieron que a partir de una serie de variables procedentes del sexo, la edad, y factores de personalidad, era posible inducir en las personas diferentes tipos de sueños prácticamente a voluntad.

 

Humberto fue el primero en lograr un sueño plenamente inducido: se trató de un viaje a la sociedad de los egipcios algunos miles de años atrás.  Con determinados estímulos de audio y la coordinación de sus equipos, Germán observó apasionado como su compañero atravesaba por 40 minutos de sueños ROM, en un entorno programado por ambos a partir de unos textos sobre el antiguo Egipto (y el comic de Asterix en el Nilo).

 

Una vez despierto, Humberto relató como pudo hacer realidad una fantasía: ser iniciado como sacerdote de un secreto culto procedente del culto a Isis.  Los detalles fueron grabados y registrados en sendos cassettes de video.

 

A los dos días, Germán tomó el puesto de Humberto y se sumergió en un sueño diferente al de su compañero: apasionado con el mundo de Star wars, soñó por 30 minutos con un episodio en el que se constituía en Jedi y lograba vencer una confabulación de las fuerzas de la oscuridad al cabo de feroces combates con un batallón de casi invulnerables de clones del Maestro de las sombras.

 

En tres meses de trabajo constante, ambos amigos lograron perfeccionar sus técnicas de inducción onírica y llegaron a la conclusión de que era hora de patentar su invento y ofrecerlo al público.

 

Todo el proceso les llevó ocho meses: tuvieron que viajar a USA, invertir una significativa suma y aguardar hasta que la oficina de patentes probase la veracidad de sus aseveraciones, tras lo cual lograron oficializar ocho patentes exclusivas que les otorgaba 20 años de exclusividad de su Oniromatic®.

 

No tuvieron que aguardar ni una semana para que tres corporaciones de gran peso en video juegos y equipos electrónicos les pidieran una entrevista y solicitasen demostraciones de sus inquietantes patentes.

 

Ambos amigos fueron encandilados inmediatamente por el poder de persuasión de sus entrevistadores; el hecho es que sin ningún entrenamiento en interacción con corporaciones de tal poder, no dudaron mucho en otorgar franquicias exclusivas de sus patentes a MS Inc. por un millón de dólares a cada uno.  Los leoninos contratos que terminaron firmando otorgaron tal poder a MS Inc. que en la práctica equivalió a ceder a MS Inc. cualquier beneficio futuro sobre su descubrimiento.

 

Seis meses después de la firma del contrato, ambos amigos fueron testigos de la sorprendente campaña de lanzamiento del MS Dreamer, pequeña consola inductora de sueños que ofertaba mas de cien posibles escenarios de sueño inducible que huelga decirlo, tuvo tal éxito que prácticamente de modo inmediato MS Inc. creó una división dedicada al desarrollo del equipo y a nuevos escenarios.  Las cotizaciones de MS Inc. –gracias a este novísimo producto- se dispararon en pocas semanas a niveles insospechados: en ocho meses se vendieron 12 millones y medio de consolas y se lanzaban al mercado un promedio de 25 escenarios posibles de sueño por mes.  Los dos millones obtenidos por los inventores resultaban desde todo punto de vista, irrisorios comparados con las ganancias de la corporación propietaria de las franquicias.

 

 Germán y Humberto (poco entrenados en administración) en pocos meses vieron sus finanzas retornar a niveles similares al momento de sus descubrimientos; siendo los primeros en experimentar la inducción voluntaria onírica, lamentablemente fueron también los primeros en sufrir del síndrome agudo de dependencia a MS Dreamer: podían pasar mas de 15 horas por día conectados a su consola y en estado de vigilia sufrían todos los síntomas característicos del fármaco dependiente: gran irritabilidad, anorexia severa e ideas delirantes; en 18 meses tuvieron que ser internados en una clínica psiquiátrica y a pesar de los diversos tratamientos a los que fueron expuestos, fueron sumiéndose en una patología delirante crónica y severa que culminó con el suicidio de Humberto y la postración discapacitante de Germán.

 

MS Inc. enfrentó al cabo cientos de demandas por daño negligente y bruscamente, retiraron del mercado sus consolas inductoras.  La APA y la Agencia Federal de protección del consumidor obtuvieron del gobierno americano el permiso de decomiso de las consolas MS Dreamer e inmediatamente se combatió el uso, la tenencia y/o mercadeo de tales consolas.

 

Lamentablemente, en el lejano oriente ya se habían realizado clones y a pesar de las prohibiciones y advertencias públicas, el mundo se vio inundado de consolas inductoras ‘ilegales’, al punto que en una conferencia internacional realizada en Viena, se proscribió la producción, distribución y uso de la tecnología Oniromátic®  sin mayor éxito:  los “soñadores” se reproducían geométricamente en todo el globo, y con ello, las víctimas del Síndrome de dependencia oniromática se generalizaron en un planeta globalizado, a tal punto que la tasa de suicidios y demencia superó el problema de mortalidad por accidentes cardiacos y automovilísticos ¡juntos!

 

El refrán “Soñar no cuesta nada” cambió radicalmente desde entonces.  Las Naciones Unidas proscribieron dicha tecnología, pero como todos lo saben, cualquiera puede adquirir o alquilar una consola ilegalmente de la red de “nuevos criminales” que hoy en día acrecienta sus ganancias a costa de un invento aparentemente ingenuo y comercial que en cosa de meses desplazó al narcotráfico de su preponderancia mundial en cuanto a ganancias ilícitas.  Para colmo, se demostró que el mejor medio de prevenir el Síndrome de dependencia oniromática es la administración de psicodélicos como la psilocibina, la mezcalina, el LSD y los derivados de la cannabis.  Hoy, las agencias que antaño combatían la producción, distribución y uso de sustancias psicodélicas se han transformado en interdictoras de la oniromática y no pueden sino respaldar la producción y distribución de las una vez polémicas sustancias psicodélicas.

 
La mayor paradoja es que las mafias de la droga (y se rumora que la MS Inc.) hoy no encuentran motivo alguno para abandonar el comercio ilegal de consolas oniromáticas y son ellas los principales combatientes de psicodélicos, pues ya saben que con su consumo, se pierden millones de dólares en venta y arrendamiento de las prohibidas “maquinas de soñar” que Germán y Humberto crearon no mucho tiempo atrás.

Relato de una hija de Ganja

Soy hija de Ganga, descendiente de Shiva, -la divinidad de Cachemira- tan viejo y sabio como el tiempo; nació mi estirpe como fruto de la sabiduría divina, y pronto se extendió por toda la tierra.

Mi tatarabuela nació a su vez en Pakistán fue llevada a un recodo del valle de Tirunval por unos comerciantes que la cambiaron junto con cientos de semillas a un serio y enérgico campesino, que en ocho meses obtuvo de sus semillas cientos de hermosas y resinosas plantas regocijadas por su poder, orgullosas de su estirpe, dueñas de la tradición védica del jugo de Soma que en remotas eras servía al hombre para aproximarse a la inexhaustible fuente de la energía, materia y tiempo.

La semilla que llegaría a ser mi bisabuela, llegó a Sur América por medio del contrabando: un marinero pakistaní la introdujo a México rodeada de sus aceitosos almíbares y dio lugar a cientos o miles de descendientes que en su momento fueron llamadas Acapulco Golden y se consideraban en extremo atractivas por los conocedores. Uno de ellos, periodista colombiano de proficua obra y reconocida creatividad, llevó por vía aérea a Santa Martha a la semilla que sería mi abuela: ella vería la luz en una prodiga tierra a la que retribuiría con maravillosas hijas, que bendiciendo la paradisíaca existencia suramericana, dieron lugar a una serie de plantas doradas, robustísimas y pletóricas de su esencia divina.

El hijo de un empresario trajo a esta tierra mía a la que sería mi madre, esta región casi virgen, despoblada y sorprendentemente pródiga, me vio nacer: sin mayor esfuerzo, pronto me manifesté en todo mi esplendor: alcanzando cuatro metros de altura, de un color dorado con delicados tonos púrpura, llegué a mi madurez plena y antes de desprenderme de la generosa tierra, pude generar semillas que aunque fueron pocas, asegurarán mi descendencia.

Las hijas de Ganga no morimos al ser cosechadas, nuestro ser en si, radica en nuestra esencia, la misma que Shiva enseñó a aprovechar a los Rishis y que aún es venerada en lejanas regiones de mis terrenales ancestros.

Llegué a conformar un pan de 5 kilogramos de peso, mi color y perfume eran suficientes para asegurar el deseo de poseerme por parte de los hijos de Manú, los hombres que conocen mi naturaleza divina.

De hecho, fui convertida en diez panes menores que se fueron en diversas direcciones: mi cosechador se quedo con tres para sus propios momentos de recogimiento, dos se fueron con un industrial amigo suyo que viajó hasta la propiedad donde me cosecharon y rodeado de paños de seda, se fueron con gentil cariño rumbo a una gran ciudad, donde pasarían meses en un jarrón de porcelana japonesa.

Un pan se fue con un acuarelista renombrado, serviría para dotar de magia sorprendente a los pinceles que diestramente dotaban de vida a sus magníficos cuadros; otro pan se fue con un arquitecto dado a la ecología (se esta haciendo famoso por sus construcciones de bambú, jatata, y madera de cacto), uno de los panes mas dichosos fue vendido a un músico de la sinfónica nacional que aparte de dotar de vida al oboe, transcurre su vida meditando y ejercitando devoción por MahaDeva; devoción, meditación y mi esencia generan dicha espiritual y eso no pueden saberlo sino quienes practican tales disciplinas.

Lastimosamente (aunque mi origen divino lo entiende plenamente: no puede haber luz sin ignorancia y oscuridad) dos panes conteniendo mi sublime sustancia fueron incautados en un aeropuerto: varios agentes pagados por perseguir lo que no entenderán por cientos de generaciones, me detectaron con el empleo de dos maltratados canes entrenados para sufrir en beneficio de quienes trafican con la violencia y el temor. Uno de los panes terminó incinerado en una reja infame, ante la presencia de oscuros seres de corbata mal anudada y curiosos con cámaras que solo entendían de ordenes y convencionalismos. El otro pan incautado terminó en poder de un oficial que olía a tabaco y cerveza, quien sin entender la esencia de mi trascendencia, no tuvo reparo en entregarlo a un sargento de la cárcel, para que en minúsculos sobres, los venda a quienes ahogados por la enrevesada ley humana, transcurren sus miserables jornadas entre desesperanza y criminalidad; decenas de maltratadas almas entraron en contacto con mi esencia divina, pero cegados por las sombras de la ignorancia y adoloridos por las heridas de su pasado, solo atinaron a atontarse y mezclar mi hálito con cuanto contaminante tengan a mano.

Los humanos parecen estar construyéndo su extinción; la sabiduría de mis ancestros sabe que no sería la única ni primera vez que lo intentan. Pronto la sociedad humana actual, centrada en miedo, hipocresía e ignorancia logrará su cometido y colapsará entre atentados salvajes, aviones cargados de muerte y catástrofes naturales. Mas allá, merced a la bondad de mi divino padre, los humanos que sobrevivan siempre tendrán la sombra y la fuente de conocimiento que fue depositada en la savia de mi especie: la humanidad puede pasar, mi estirpe seguirá en este planeta, mientras exista sol, agua y tierra, no importan en absoluto las ciegas leyes de los occidentales de hoy, enmascarados en sus falsedades y demente arrogancia; soy hija de la luz y en ella me reconforto.

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Oscar Achá